Triunfadores, fracasados, esperanzados o derrotados, vitales o enfermos, miles de bolivianos retornan al país por un tiempo o definitivamente, luego de su incursión por Europa, tras vivir ilusiones y pesadillas. Cambas, collas, chapacos y de otras regiones, ocuparon el avión de Aerosur el miércoles 17 de octubre, para volver a un país pleno de conflictos sociales, pero donde están sus raíces y sus familias. Gente que durante años vivió bajo la presión de los documentos de residencia, varios de ellos “sin papeles”, en el espacio aéreo se sintió en libertad para dialogar con el vecino o con este corresponsal, para contar su rica experiencia migratoria.La mayoría venía de España, donde hay más de 350 mil bolivianos.
Más allá de lo que decían, era gracioso escuchar la mezcla del acento español con palabras o modismos, aymaras, quechuas u orientales, que también heredaron a sus hijos pequeños.Doce horas de vuelo sirven mucho para dialogar, reír y llorar con gente que pidió no ser identificada. Al llegar a Santa Cruz, hubo un aplauso no solo por la buena maniobra del piloto, sino un suspiro por estar en la patria horas antes tan lejana.El concepto de triunfador y fracasado es muy relativo. ¿Es triunfador el que gana mucho dinero, se queda en España y se olvida de su familia? ¿Es fracasado el que deja la comodidad para no separarse jamás de su pareja e hijos o de su pueblo en crisis? El debate se abre.
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