4/3/08

Un capellán boliviano al servicio de los inmigrantes

El padre Genaro escucha y atiende a los nuevos vecinos desde una parroquia del norte de Castellón. Vino a España porque quería conocer otras culturas. Una vez aquí le han encomendado una misión: cooperar con la integración de los nuevos vecinos inmigrantes.

Amparo Mestre, Castellón, 3 marzo / sisepuede.-


Decidir hacerse cura fue para él «un misterio».


Una historia larga, sencilla, pero con «mucho significado», una vocación que desde el principio no contó con el beneplácito de su padre pero que, aun así, siguió su senda natural, como todos aquellos caminos que se eligen desde el alma.Nacido en La Paz (Bolivia), el padre Genaro trabajó mucho tiempo en parroquias de comunidades de su país hasta que un día decidió «cruzar el charco», alentado por las historias que misioneros españoles contaban en Bolivia. «Siempre me gustó tener conocimientos de otras culturas», explica a Sí.


Hace ya tres años que está en España. Después de una estancia en Roma y en Barcelona, donde realizó numerosas actividades con grupos de inmigrantes, la «providencia», como él mismo dice, quiso que su próximo destino fuera la parroquia de una ciudad cercana al mar: Vinaròs, desde donde presta sus servicios a la comunidad religiosa.Allí los obispos le encargaron una misión: cooperar con la integración de los nuevos vecinos inmigrantes de la ciudad, una tarea que, según dice el padre Genaro, no está realizando tal como a él le gustaría.«Lo estoy cumpliendo de una forma muy precaria», dice este hombre exigente consigo mismo, autocrítico y realista, que dedica parte de su tiempo a escuchar los problemas de aquéllos que llegan por primera vez a una tierra desconocida, dándoles consejo y aliento.


El padre Genaro reconoce que, al pertenecer a la Iglesia católica, su llegada a España ha podido ser más fácil, pero quiere matizarlo. «Como persona sigo siendo un inmigrante. Aunque no he tenido que buscar trabajo, en cuanto a la adaptación he pasado por lo mismo que cualquier otra persona que viene de fuera».El color siempre llama la atención, pero tampoco influye tanto, asiente. «Al principio me preguntaba qué pensaría la gente de mí, yo, negrito, morenito y gordito, entre tantos blancos. Pero yo creo que hay que ser auténticos porque, al final de cuentas, el hombre siempre ha sido inmigrante, desde el principio, y siempre ha vivido así, con diferentes culturas y diversos colores».


Aprender la lengua local


Reconoce que no saber valenciano ha sido un escollo para la adaptación, de manera que, en la actualidad, el padre Genaro, o «cura boliviano», como le llaman muchos, asiste a clases de este idioma en un centro de educación para adultos de la ciudad. Una de las dificultades que tuvo al principio fue elaborar los discursos de sus homilías. «En Bolivia la lucha social se basa en conseguir una mayor justicia entre estratos sociales más marcados que aquí, pobres y ricos. En España, el contexto es diferente y, por lo tanto, el mensaje debe ser otro». Con el tiempo los fieles de la Parroquia de la Asunción, donde él predica, le han mostrado su cariño y su respeto, al igual que sus propios compañeros, los capellanes de la diócesis.


Culto, reflexivo y con los pies en la tierra a la hora de hablar, el padre Genaro es consciente del esfuerzo que deben hacer los nuevos vecinos que llegan de otras tierras para construir aquí una nueva vida. «Lo primero es entrar un poquito en el sistema, pero sin perder nuestra identidad; aunque no la perdemos, porque la tenemos desde que hemos nacido. Después es importante valorar todo lo positivo que nos da la nueva cultura de acogida y tratar de hacer química».No obstante, según el padre Genaro, esto a veces es un poco complicado. «La nueva cultura tiene otros valores distintos. Existe el peligro de que queramos imitar y vivir como los de aquí y hacer de nuestra vida un sufrimiento».


Bolivia en el corazón


El padre Genaro no se olvida de los bolivianos, un colectivo que comienza a dejarse oir en España, pero con muchos obstáculos que librar. «Más del 70 por ciento de los bolivianos no tiene todavía la documentación en regla. Sigue el miedo a ser expulsados».Llegados a este punto, el padre Genaro no duda en mostrar su preocupación por la situación que está atravesando Bolivia en estos momentos. Le preocupa que el Gobierno de Evo Morales divida al país. Entre sus palabras, se deja entrever un deseo implícito: no le importaría que alguien le llamara para dar una conferencia o una charla sobre la realidad de su país.


Imágenes: El padre Genaro y Parroquia de la Asunción / Sisepuede.-

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