14/1/09

Salvemos a "los hijos de la migración"

Salvemos a "los hijos de la migración"
Editorial de la Revista RAIZ BOLIVIA - España

¿Cuánto dinero tenemos en el bolsillo?, ¿Nuestra familia está más unida o dividida?, ¿Somos felices dentro de ésta experiencia migratoria?
La mayoría de los que ingresaron a Europa antes del visado de abril del 2007, ya casi han completado la fase de acostumbramiento al nuevo medio y están en la etapa de descubrir nuevos horizontes o de caer en la rutina de casi toda una semana de trabajo y unas cuantas horas de alegría real o artificial.
Después de pagar el "derecho de piso" (sacrificio de los "nuevos"), darnos cuenta de que los amigos o "compadres" no son tan reales y que el que menos pensábamos nos tendió la mano, nos preguntamos si todo eso valió la pena.
En RAÍZ BOLIVIA este año hemos escuchado testimonios de la parte más sensible del fenómeno migratorio: la familia.
Por un lado, tal vez minoritario, está la satisfacción de haber pagado las deudas, asegurado la educación de los hijos y darnos cuenta que nuestras parejas son el amor de nuestra vida y que solo faltan unos meses para que nosotros volvamos al hogar o ellos lleguen a Europa, luego de cumplir amplios trámites burocráticos.
Por el otro, cada vez más creciente, es la distancia no solo geográfica sino de tiempos y duración de las llamadas a las parejas o que los hijos, en vez de decir "feliz cumpleaños" o "Feliz Navidad", pidan más y más dinero para lucirse ante sus compañeros.
Los "triángulos amorosos" en muchos casos se han vuelto "cuadrángulos" y cada vez más confirman la frase "amor de lejos, felices los cuatro" y que "la plata del migrante mantiene a los otros tres". Pero también es muy preocupante la violencia conyugal entre esposos y parejas que viven en Europa.
Si bien los bolivianos migramos desde hace 50 años (ahora hay más de tres millones fuera del país), esta nueva fase migratoria es más complicada por la distancia hacia el Viejo Mundo y por las nuevas duras normas migratorias que hacen aún más difícil la integración. Si se siente hostilidad aquí, tampoco hay garantías de ser bienvenidos en nuestro propio país.
Las víctimas de todo este fenómeno son nuestros niños. La educación a larga distancia no siempre funciona y tampoco llenarles de regalos para suplantar el amor maternal o paternal. Mimarlos es malo, pero ser indiferentes o muy drásticos también es negativo, más aun en la lejanía.
El niño siempre guardará un secreto reproche por el "abandono" de sus progenitores y siempre habrá un vacío dentro del concepto familiar. Varias pandillas en Bolivia son integradas por hijos de migrantes y el rendimiento escolar no es de los mejores.
Por eso, el 2009 debería ser un año destinado a lograr la unidad familiar. Con las parejas, es vital la sinceridad de los sentimientos y con los hijos es indispensable recuperar el rol de padres. Los "hijos de la migración" nos necesitan.
• Edwin Perez U. es Director de la revista Raíz Bolivia en España, 0034-616044772 , uberedwin@gmail.com, uberhuaga@walla.com visite y opine en http://www.clubraiz.es/, http://www.revistamigrante.blogspot.com/, http://www.vulcanusweb.de/, http://www.llajta.ch/

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